domingo, 27 de mayo de 2012

EL LÍDER ES AQUEL QUE SABE SACAR LO MEJOR QUE TIENE CADA UNO 

¿SE PUEDE CONSEGUIR UNA ESCUELA EDUCADORA?


Conseguir que la escuela sea un marco adecuado, o una escuela educadora según la expresión de Bravo (1992), supone compartir los aspectos que la han definido como institución de calidad. Se trata de recuperar la “Identidad de la Escue1a”, que la diferencia de otro tipo de organizaciones y que hace referencia a su especialización como lugar para el aprendizaje sistemático.
Pensar en el centro educativo como lugar de educación también supone considerar el curriculum que se ha de desarrollar y el conjunto de condiciones en las que se ha de implementar. Aspectos internos, como la colaboración entre los profesores, el liderazgo pedagógico, la formación del profesorado y la revisión de actuaciones, y externos, como las posibilidades que oferta el sistema educativo y el apoyo de la comunidad, configurarán en último extremo la naturaleza de esas condiciones.
Miguel Ángel Santos se ha referido bajo este nombre a la institución que ...

“ ( ... ) no sólo sirva de marco sino que se constituya ella misma en un agente educativo”.
(1995:470/17)

“Lo que hacen las personas en las organizaciones responde a lo que pretenden y a lo que son, pero no es menos cierto que esas pretensiones y esa forma de ser están mediatizadas por el contexto organizativo. Por eso resulta importante hacer fácil, coherente y dinámica la acción educativa de la institución y en la institución.
Los espacios, las estructuras, el funcionamiento, las normas, los ritos, etc. nos forman o nos deforman aunque no exista en el entramado organizativo una intencionalidad explícita. Las organizaciones se convierten en aulas gigantescas en las que todo habla, en las que todo enseña”.

Joaquín Gairín Sallán- Editorial La Muralla, S.A. 1999


domingo, 20 de mayo de 2012

www.ufasta.edu.ar

En un tiempo como el nuestro, en el cual hay más crisis de pastores que de ovejas. En un tiempo, en el cual el único problema que tienen muchas ovejas son sus pastores ( y cuando digo pastores digo todos aquellos que de alguna u otra manera desde el mundo adulto tenemos responsabilidades de cuidado, de servicio para con nuestros hermanos: padres, dirigentes sociales, políticos, sacerdotes, etc.); no está de más tener estas duras palabras del Señor como un elemental de examen de conciencia para nuestro modo de ser educadores si queremos vivir el gozo de los que son fieles y no la frustración de los que huyen y abandonan apacentándose a sí mismos.

¿Traducimos en gestos pedagógicos el ser autoridad y compañeros al mismo tiempo?

¿Somos fuertes y valientes para defender a los muchachos y chicas de los peligros que hoy los acechan?

¿Conocemos en profundidad la vida de nuestros alumnos?

¿Los acompañamos teniendo en cuenta la diversidad de situaciones vitales por las que atraviesan?

¿Fortalecemos a los débiles?, ¿vendamos las heridas?, ¿buscamos a los perdidos?

¿Tenemos proyectos para reunirlos en medio de la cultura del fragmento y la dispersión?

¿Queremos con cariño entrañable a cada uno?;  ¿sabemos conducirlos a fuentes de agua viva?, ¿caemos en la tentación de apacentarnos a nosotros mismos?, Es nuestro corazón íntegro?



Sin esta elemental pedagogía del pastoreo arraigada en nuestros corazones se vuelven infecundos e inútiles los esfuerzos, las inversiones, las teorías educativas que sustentan nuestras prácticas, los programas y proyectos innovadores, etc.  Estos se convertirían en medios sin alma, máscaras educativas, formas vacías de quienes ponen cara de que dan pero en el fondo sacan, de quienes ponen cara de compromiso pero en el fondo huyen, de quienes ponen cara de que permanecen y en el fondo hacen “la gran Capitán Shettino” y huyen del barco.

El que apacienta con corazón íntegro y guía con mano inteligente permanece fiel en el servicio que dignifica y acompaña la historia de salvación que se realiza en la vida de cada uno de nuestros alumnos.

Pbro. Lic. Alberto Agustín Bustamante.

Presidente de Consudec